¿Qué es, para qué sirve, y cómo se mide la huella de carbono?

Nuestra huella de carbono es el criterio con el que medimos nuestro impacto en el planeta. En palabras simples, se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas -directa o indirectamente- por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes.

Decir que acumulamos enormes huellas de carbono a medida que avanzamos por el mundo no es una exageración. Cada respiro que tomamos y cada acción que realizamos resuena en la atmósfera. Y claro, algunas huellas son mucho más grandes que otras, pero solo unas pocas son tan pequeñas que no tienen un impacto notable.

Esta poderosa información, el hecho de saber qué tan potente es nuestra huella de carbono, es el primer paso para tomar conciencia. Sirve como una herramienta útil de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, y realizar cambios que nos lleven a la reducción y compensación de nuestras emisiones.

¿Quieres medir tu huella de carbono? En nuestra plataforma encontrarás un medidor que, a través de una serie de preguntas, estima cuál ha sido tu impacto en el ambiente. Luego calcula la cantidad de gases de efecto invernadero equivalentes a unidades de dióxido de carbono.

¿Qué hacer después con esa información? Existe una serie de pequeñas acciones que puedes hacer para mitigar tu impacto. ¡Toma nota!

Planta un árbol nativo: esta acción es una de las maneras más directas para combatir el cambio climático. Los árboles nativos ayudan a limpiar el aire que respiramos, filtran el agua que bebemos y proporcionan hábitat a más del 80% de la biodiversidad terrestre del mundo. Pero no solo eso, los árboles absorben carbono nocivo de la atmósfera, ese que nosotros mismos producimos. Aquí puedes plantar tu propio árbol, el que nosotros ubicaremos en los bosques nativos de nuestro país.

Si se puede, prefiere la bicicleta o caminar: Los viajes son uno de los mayores generadores de carbono del planeta, y no solo hablamos de aviones. El recorrido a cualquier parte en un auto que funciona con combustibles fósiles genera cantidades masivas de emisiones, que luego se liberan al aire. Alternativamente, si se opta por caminar o andar en bicicleta, la única huella que dejaremos será la goma que se desgasta de las suelas o neumáticos y el CO2 que exhala. Diferente, ¿cierto?

Sé consciente, incluso dentro de tu casa: Solemos pensar que ser activos en la lucha contra el cambio climático requiere de un gran esfuerzo, sin embargo, existen pequeñas acciones que pueden marcar la diferencia. Todas las que se nombran en este artículo que preparamos en nuestro blog se pueden hacer hoy mismo y sin la necesidad de salir de tu casa.